domingo, 8 de abril de 2012





ID Y HACED DISCÍPULOS: LA GRAN COMISION
Mt 28: 19-20


Hna. Catalina González Pons 

Notas tomadas en el año 1985
Desarrollado en enero 2012


A pesar de que Jesús ministró entre nosotros como siervo, curando y sanando cuerpos y almas, predicando las buenas nuevas del Evangelio, El concentró su atención en una actividad que sería la que perpetuaría sus enseñanzas y propagaría su doctrina, permitiendo la multiplicación de si mismo, de su carácter, en aquellos que habrían de seguirle, en la actividad de hacer discípulos, es decir,  enseñar a personas que aprenderían de El y seguirían sus pasos.

Dijo: Id y haced discípulos en todas las nacionesbautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Mt 28:19-20, a esto se le ha llamado la Gran Comisión, que no es una opción para el cristiano y cuyo significado es la explicación del método que aplicó para llevar a cabo Su misión.

Pero es bien importante entender lo que significa ser un discípulo.  La palabra discípulo quiere decir “seguidor” y en el sentido de este versículo quiere decir seguidor de Jesús.  Nos ayudaría a entender su verdadero significado si comprendemos que toda persona salva por la gracia de Dios no es discípulo, ayudados por es estudio de lo que la Palabra de Dios nos dice sobre este mandato. 

Si estudiamos el contexto en que fue dicho dada esta encomienda, en el capítulo paralelo de Lucas, vemos que Jesús venía acompañado de grandes multitudes que le seguían; y volviéndose les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.” (Lc.14:25-27)
El llamamiento a ser discípulos no podemos verlo separado de lo que lo precede, en él está implícito el costo del discipulado, lo que habría de costar una vida siguiendo al Señor, lo que era necesario entregar para ser discípulo de Jesús. Las grandes multitudes que le seguían, no eran homogéneas en modo alguno, las motivaciones eran múltiples, muchas le seguían sin ningún compromiso. El sabía todo eso, es posible que por eso les explicara el significado de seguirle, de decidirse a ser un discípulo suyo y el requerimiento obligado: Dejarlo todo para ser enseñado por El. “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.” (Lc.14:33)
El predicador del evangelio suele invitar a los pecadores arrepentirse y aceptar a Cristo como Salvador, pero también lo hace con la esperanza de que sigan a Cristo, de que se hagan discípulos.  No todos podemos ser pastores, obispos, predicadores, (Ef. El mismo hizo a unos maestros, obispos, profetas??? pero todos estamos llamados a hacer discípulos. Esta comisión es un mandato que todos los creyentes debemos obedecer y debe relacionarse con el quehacer diario de nuestras vidas. Esta es la esencia el plan de Cristo para alcanzar el mundo para Dios. Este plan no podía fallar: Porque los verdaderos discípulos no solamente crecerían a su semejanza, sino que por Su espíritu “el espíritu santo”, a su tiempo ellos reproducirían su vida en otros. en la cual el maestro reproduce en el estudiante la plenitud de vida que él tiene en Cristo, en tal forma, que el discípulo se capacita para adiestrar y enseñar a otros.

Ahora veremos lo que significa:

1- Morir a sí mismo para que Cristo tenga el gobierno

La muerte de si mismoLc 9:23-24si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a si mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque todo aquél que quiera salvar su vida la perderá y todo aquel que pierda su vida por causa de mi, este la salvará.

Para compartir Su gloria hay que compartir su muerte. Lo que significa morir para que nazca otro ser diferente, como parte del Reino de Dios.
El Señor no hace una invitación, El nos lo ordena, cuando les dice: Sígueme a sus discípulos
Relación:
seguir a cristo= ser discípulo= muerte de si mismo

No debemos separar la salvación del hecho de convertirnos en discípulos. No podemos situar o considerar estos dos hechos como si fueran diferentes niveles de salvación. Como si asumiéramos que se puede ser salvo sin seguir las demandas más radicales de Jesús, como es la de tomar la cruz y seguirlo.

Este error se fundamenta en creer que la salvación fue concebida por Dios para beneficio del hombre, lo cual no es cierto, concebida para evitarle al hombre la condenación y hacerlo feliz, esta es una visión humanística muy errada.  La salvación, la razón por la cual Cristo murió en la cruz,  ES LA GLORIA DE DIOS.

Gloría a Dios,  un pueblo que tiene el carácter de Su Hijo Jesús  Ef 1:12. La gloria de Dios es más importante que el bienestar del hombre, Isaías 43:7, por lo tanto, no puedo convertirme en discípulo sin morir a mi mismo e identificarme con Cristo quien murió por mis pecados Mr 8:34. La muerte a si mismo es el mandato que prelude la convertirse de un creyente en discípulo, en Juan 12:24 dice Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere queda solo; pero si muere, llevará mucho fruto.

Somos crucificados con Él para que Él viva en nosotros. Si deseamos ciertamente que Cristo viva en nosotros tenemos que reconocer y creer firmemente, que Cristo no puede vivir en nosotros a menos que nosotros muramos a nosotros mismos, de lo contrario, nuestra propia vida carnal va a interferir con la suya. Nuestra personalidad, nuestro ego, nuestro carácter, le impiden vivir en nosotros como Él quisiera, porque somos demasiado diferentes a Él. Pablo escribió esta frase a los cristianos de Galacia, que debe ser representativa de la vida de todo creyente: "Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí." Gal 2:20.
Y si hemos muerto para poder dar frutos ¿qué es llevar mucho fruto sino reproducirse? Como dice este versículo del evangelio de Juan 12:24, después de la muerte viene la reproducción.

2-Sumisión a la Autoridad Divina
3-Devoción reflejada en una fuerte disciplina personal
4-Amor que se entrega. Compasión dispuesta al sacrificio

El discipulado es el único camino para evitar la desnutrición y debilidad de los niños espirituales que somos al nacer en el Evangelio “Jesús enseñó a sus discípulos, ellos le vieron vivir la vida que El les enseñó.”

El discurso parece tener dos componentes esenciales:
1-    La muerte de si mismo
2-    La reproducción del cristiano

“Jesús murió para poder reproducir vidas nuevas y quiere que cada uno de sus seguidores siga su ejemplo” (Keith Phillips)

1- La reproducción “sin reproducción no hay discipulado” Jn 15:8, Jn 15:2
Un discípulo maduro de Cristo debe enseñar a otros creyentes como vivir una vida agradable a Dios y debe equiparlos, es decir proveerle de los conocimientos y la sabiduría espiritual, para que adiestren a otros, que a su vez enseñen a otros, sin que ninguno sea un fin en si mismo. Cada uno es parte del proceso que Dios ha escogido como el método idóneo, el método ideal para extender Su Reino. El método de la muerte y la reproducción.
Hacer discípulos, es una obra grande e imposible de hacer sin Cristo; lo que en verdad ocurre, es que El está haciendo esta obra, y nosotros podemos colaborar con él en la medida que somos capacitados por su bendita gracia. “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.” Sal.127:1ª no podremos realizarla sin que la gracia de Dios y la perseverancia en la fe de nuestro Señor Jesucristo mantenga firmes nuestros corazones, creciendo en toda sabiduría y entendimiento espiritual.
No se puede ser, ni hacer discípulos de otra manera, debemos aplicar las enseñanzas del Señor Jesús. Tiene que haber un reconocimiento del alto precio que tiene Jesucristo para nuestra vida. “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis  verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Jn.8:31-32) Por lo tanto, ser un discípulo de Cristo tiene un precio, hacer discípulos para nuestro Señor no se trata de hacer o impartir un curso doctrinal, sino que se trata de entregar toda la vida, dejando todos los tesoros que tenemos, y seguir a Cristo a la cruz, para hacer morir todo lo terrenal que haya en nuestro corazón.
Nuestra vida como discípulos de Cristo debe reconocerse por un “sello de marca” que la distingue de la de los demás y que es la evidencia del amor divino. Jesús nos dijo: “Un mandamiento  nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” Jn.13:34-35 Esta es la obra que el Señor nos mandó a hacer, producto de la transformación del corazón del hombre, en el cual debe estar impresa la Palabra de Dios. Este es el significado de la palabra “Discípulo.”



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