EL SEÑOR TIENE LA RESPUESTA A CADA TEMOR

EL SEÑOR TIENE LA RESPUESTA A CADA TEMOR

Hna. Catalina González Pons 

En su amor y providencia, el señor tiene la respuesta a cada temor, a cada dolor y a cada pregunta de duda que pueda temblar en los labios de sus hijos durante su viaje por esta vida terrenal. Tus problemas deben acercarte más a tu Padre celestial. No permitas que las desilusiones te alejen de su lado.

“No temas“  te dice, “Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo

y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti”  (Isaías 43:1-2)

La Biblia nos dice tantas cosas sobre el especial cuidado que el Señor tiene de nosotros, que las palabras humanas huelgan y ELLA misma podría llenar esta cuartilla con versículos que se refieren a la seguridad que tiene el creyente de la protección Divina en todos los aspectos de su vida. 

Cuando el creyente verdadero transita por momentos o períodos de tribulación, debe recordar que no está solo y que sea que esté siendo sometido a pruebas o disciplinas, esto es parte de lo que habría de padecer el cristiano como parte de una vida de crecimiento espiritual y que estos sufrimientos pueden ser una evidencia de que somos  verdaderos cristianos, verdaderos hijos de Dios. Sant. 1:2-4  2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 
3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 
4  Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. 


Debemos entender que cuando Dios obra en nuestras vidas de esta forma, es con el fin de corregirnos y ayudarnos a superarnos espiritualmente. Nosotros no debemos menospreciar, sino reconocer “Su mano en nuestras vidas" y tratar de discernir si se trata de una prueba que el señor hace a nuestra fe o de una forma de disciplinarnos por nuestro pecado o para enderezar nuestros caminos. La palabra disciplina en la Biblia no significa exclusivamente castigo por desobediencia, también se refiere a la preparación y disciplina que debemos llevar en nuestras vidas para alcanzar la meta de todo cristiano. Parecernos al carácter de Cristo . Dios nos prepara para su servicio con dificultades, dolor y tristezas para que seamos mejores instrumentos en sus manos.  Heb12:5b-8 y 11 Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, ni desmayes cuando eres de él redargüido; 6 porque el Señor al que ama castiga, y azota a cualquiera que recibe por hijo. 7 Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como a hijos, porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no castiga? 8 Mas si estáis fuera del castigo, del cual todos los hijos han sido hechos participantes, luego adulterinos sois y no hijos…….. 11 Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia a los que en él son ejercitados.

Cuando conocimos al Señor y nos convertimos, Dios no nos ofreció una vida fácil, llena de prosperidad y bienestar, no obstante, la Biblia está llena de promesas para los que agradan al Señor. En esta corta meditación, no deseo solo referirme  a aquello a lo que estamos sujetos los cristianos y prefiero mencionar nuestra gran esperanza en el Señor, como lo hace el conocido pastor y escritor John Piper en su libro  DESEANDO A DIOS. Un estudio sobre el hedonismo cristiano, cuando nos dice que “David nos aconseja que disfrutemos nuestra relación con el Señor, cuando nos manda, “Pon tu delicia en el SEÑOR, y El te dará las peticiones de tu corazón.” Sal. 37:4 Y él demuestra la esencia de este disfrute Cristiano cuando exclama “Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente;  ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?” Sal 42:1-2. Como expresión del gran anhelo del creyente.

Quisiera hermanas transmitirles mi deseo de que en esta meditación, pongamos el énfasis en las hermosas promesas que nos enseñan las Escrituras. En Proverbios nos dice que Dios hará florecer lo que un día se marchitó  Prov 14:11. Pongamos toda nuestra confianza en el SEÑOR.