QUIEN ES MI SOCORRO???
Alzaré mis ojos a los montes; ¿De
dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la
tierra. Salmos 121:1
David pronunció este salmo estando
rodeado de enemigos; tal vez a ti también el enemigo te ha rodeado de distintas
maneras y quizás no sabes como zafarte de las garras del abatimiento, la aflicción, depresión, desanimo, pereza, adulterio etc. Pero este puede ser el momento más oportuno para que alces tus ojos e invoques la ayuda que
no viene de un monte sino del Cielo.
Imaginemos a David en ese preciso momento mirando hacia todas
direcciones buscando alguien que pudiera ayudarle, que viniera a sacarle del hoyo en el que se hallaba y al ver que no había nadie, recibe por iluminación del Espíritu
Santo, esta certeza de que “mi socorro viene de Jehová”, que no viene de un ser humano, no
de una persona como nosotros rodeada de debilidad y mucho menos viene de los montes que
le rodeaban, sino de Aquel que hizo los montes.
Quizás tu habías puesto tu esperanza en lo que una persona podía hacer por
ti y tal vez fuiste defraudado, pero es hora de que sepas que:
Aunque los hombres te den la espalda,
aunque la gente se burle de ti , aunque te prometan y no cumplan, aunque
parezca que nadie viene a ayudarte ; TU SOCORRO VIENE DE JEHOVÁ QUE HIZO LOS
CIELOS Y LA TIERRA; ¿Será que ese Dios hacedor de toda la creación no es
poderoso para socorrerte?. Hoy quiero decirte que es Dios quien mueve lo
que tiene que mover para que se cumpla Su voluntad, que es Dios quien da la orden
para que tu bendición llegue y es Dios quien te socorre y libera del enemigo
como lo hizo con David.
Si por causa de las situaciones que
has vivido; solo levantas tus ojos a los montes buscando socorro, este es
el momento de que los levantes más alto, de que los levantes a los cielos porque
de allí viene tu verdadero socorro.
Oremos:
Padre amado que estás en los cielos, en este momento levanto mi mirada no a los montes, sino a los cielos porque de ti viene mi socorro; gracias te doy porque tú eres quien pelea por mí, eres quien me da la victoria, eres mi escudo, mi bandera, mi torre fuerte; en ti me escondo Dios y gracias te doy por sacarme adelante en el nombre poderoso de Jesús. Amén.
Oremos:
Padre amado que estás en los cielos, en este momento levanto mi mirada no a los montes, sino a los cielos porque de ti viene mi socorro; gracias te doy porque tú eres quien pelea por mí, eres quien me da la victoria, eres mi escudo, mi bandera, mi torre fuerte; en ti me escondo Dios y gracias te doy por sacarme adelante en el nombre poderoso de Jesús. Amén.
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